No le temas a la imagen del espejo,
ni a las manos arrugadas,
al silencio del cuarto,
a la burla de olvidar este temor.
No te preocupes por el reloj,
no lo acuses de verdugo,
él no aprieta con sus agujas,
obsérvalo agradecida de que te indique la hora de una reunión,
que te lleve al encuentro, la celebración,
míralo con dulzura,
para no estar varada y en espera.
No te dejes llevar a la conclusión del enemigo,
que le teman aquellos que se creen inmortales,
que se engorda de vanidades ,señalan ,y marginan a la simpleza,
los que se atribuyen dones y derechos de indicar caminos,
que acumulan cosas que no les pertenecen, y personas que no los quieren,
que sean ellos, que el segundero sea su temor,
el tiempo incorruptible que le muestra el paisaje que destruyeron.
No le temas a un paisaje, a un cuerpo, un tiempo que todavía no te pertenece,
este es tu cuerpo y tu risa, no pidas juventud,
busca en las flores, la mejor prueba de la vida.
los jazmines no piensan en el otoño,
se sonroja cuando alguien las acaricia en una exhalación,
la describen bella, las cortan..,
usándolas para promesas que no tienen fundamentos,
mas que el verano que los enamoro,
para decorar una placa, recordar que la tumba es promesa y no olvido,
así y todo, no piensan en el otoño.
No le temas al tiempo,
miedo es tener vida, y no vivirla.
Daniel Memmo