Las horas lloran dolores de mar,
en mi tristeza
y mis caricias abrigan miradas,
ante la noche doliente.
Mi corazón alienta tu voz
entre la ilusión de las rosas
como un huérfano,
en los andes del olvido.
Hoy, mi beso alienta la noche
con una mirada moribunda
en el gélido yermo del recuerdo,
ante los labios tímidos de los andes del olvido.
Fredy Nelio