Vive la arañita
esperando al que vuela,
y aunque está viejita
aun teje su tela.
Quizá una mosquita,
quizá una abejuela,
aunque sea chiquita,
para su cazuela.
Vive la arañita
como centinela;
está quietecita,
solo por cautela.
¡De pronto se mueve
su fuerte pared,
y antes que se eleve,
la enreda en su red!
¡Que paciencia tiene
mi amiga la araña;
a mi me conviene,
aprender su maña!
Autor:Bernardo Arzate.