No existe felicidad en el primer plano de mi rostro
desde cuándo?
no desde ayer, ni desde hace años, nací sin sonrisa y con mil motivos para morir.
Es en extremo triste, saber que no hay siquiera recuerdos en cajas enterradas
es para terminar llorando y no parar, hasta saber la hora en la que una alarma suena
desde siempre.
Quizás me halles queriendo ser luz viajando a tu lado oscuro
o talvez
un marchito queriendo ser hoguera por tu andurrial más resplandeciente.
Por instantes amontonando la paranoia, la cruel y sólida sustancia periódica
del invasivo dolor, de la penetrante soledad y las permanentes gotas de cristal
que, sin cesar, sin cansarse y sin camelar, aparecían para quedarse recorriendo mis mejillas
definitivamente.