Quieres quedarte, pregunto,
no me respondes. Asientes
con la mirada. Presientes
que mis aguas son adjunto
de emanaciones. ¿Qué asunto
nos justifica los actos?.
¿Pueden quebrarse los pactos?.
¿Se detendrán los influjos
de la memoria?. Qué embrujos
tus matices, cuán exactos.
Debes callar. Qué pretendes
ocultarme. Por qué niegas
este estallido que a ciegas
palpa la cima. Comprendes
mis desbarios y aprendes
a desencordar la voz:
palpitaciones, la tos
donde la noche, y el pecho
ensanchado en el barbecho
de un amanecer precoz.
Ya no lates, te repites,
me rosas como hace el viento
una caricia. Presiento
cierta agudeza. Compites
con mis fantasmas. No quites
este temblor que gravito
a contragolpe del mito
atragantado: deslices,
me falta el aire, no avises
este silencio que grito.