A lo largo de mi vida sonaban palabras que más me lastimaban
hubo otras que me embriagaban, otras que me confundían
muchas que sonaban día a día al compás de mi agonía
me perseguían y me recordaban que siempre repetía.
Hubo otras en cambio que no las sostenía
así eso suene como una tontería
para los nacidos en desdicha muchas cosas son una porquería.
Es por eso por lo que había que cambiar el sufrimiento del ser
que con su sed despliega su verdad hacia la eternidad
había que cambiar las páginas del ayer
no volverlas a leer sino reescribirlas para resignificar
había que dibujar sobre los malos momentos con pincel
pintar un poco naranja el paisaje y entre los campos correr
escribir sin apuros para luego florecer lentamente
como los guayacanes antes de llover.