Acaricio la sombra
enterrada en la arena
como un tímido reloj
se suceden días cristalinos
con la misma equidistancia
del horizonte
al quemar su lejanía
en el inconsciente de la llama
nada se deshará en su reflujo
apágala de un latido
si quieres ver nuevos desmayos
en el corazón celeste
de su hipnótico vuelo
el ascua perlado de rabia
vitalidad del último reverso
en la ígnea grisura
de su magnética eternidad