Sigo el oculto sendero
De una búsqueda interior,
Con un cimiento de amor
Limpio, puro y sincero;
Y es que tanto te quiero,
Con tan intenso fervor
Que se extinguió aquel dolor
Que hoy lo veo pasajero;
¡Cuánta fuerza, dueña mía,
He descubierto en tus besos,
En esa dulce alegría
Que proyectan tus excesos,
Esa excelsa armonía
De tus dulces embelesos!…