“Sangra mi alma cada vez que sufres
Cada vez que lloras Cada vez que mueres”
Madre. Mujer, hermana, esposa, hija,
soplo de Dios que nos infunde vida,
luz en la noche, faro en la galerna,
razón de ser, polar en la deriva.
No es hombre aquel que en tu regazo escupe
el que mancilla tus labios y tu pecho
el que profana tu grial sagrado,
quien crucifica tu vida y tus recuerdos
¡Bate las alas y elévate hacia el cielo!
Yo te acompaño, mujer, en este vuelo
Y en un picado vital, arrancaremos
las malas hierbas, los cardos, los desprecios
Y sembraremos la mies de un nuevo mundo
donde no medren lagartos ni serpientes,
donde tu flor pueda abrirse cada día
sin que nadie le escupa ni la arranque,
donde pueda gozar de tu perfume
donde la tierra nos una para siempre.