Daniel Memmo

Retrato de un Peregrino

Las cuatro estaciones lo han dejado desnudo,

las décadas lo han envejecido,

el destino se ha olvidado de él,

la esperanza le ha dejado sus ojos tristes,

la sociedad le encontró un lugar para él,

la paz le conquisto el alma,

él se declaro libre,

huérfano,

amigo de la lluvia,

amante de la luna,

hijo de un Dios desprolijo,

profeta del desarraigo,

esclavo de estos tiempos.

La ambición material no pudo seducirlo,

él solo quiere ser dueño del amanecer,

el amor lo hizo viento,

y hoy duerme entre huracanes.

Respiran de sus ojos la mirada sin culpa,

derrama de sus manos caricias eternas,

su boca..,

Oh!!, su boca escupe maldiciones!

su lengua se ha enfermado de palabras vacías,

este mundo le ha contagiado el virus del discurso,

su alma ha decidido que su voz no haga promesas,

que solo hable con intolerancia frente a los mercaderes,

que ya no tiene nada que ofrecer,

porque ella prefiere la indiferencia,

antes que las falsas promesas.

Su sombra débil camina con el por el largo camino,

ese camino de aquellos peregrinos,

que sin luces escogen sendas,

porque su fe los guía,

porque a sus vidas las convierten en vida

y a sus muertes la convierten en vida.

 

   Daniel Memmo