Devoradora de vida,
Amenaza constante,
Una daga amenazante
Con instintos de homicida;
Para ella no habrá medida,
Sólo obedece al instante,
Ese deseo excitante
De llevarte a la salida;
Y aunque luches con afán,
Inquebrantable tesón,
Las campanas sonarán
Se detendrá el corazón
Y tus ecos quedarán
Rezumbando en tu rincón…