Su mirada encerraba mil amaneceres a cada instante,
un millón de colores, lunas, nubes y universos,
me perdí alegremente tantas veces en ese infinito mar de sus ojos,
que desee no volver a este mundo sin ella,
y reposar para siempre en su mirada,
envuelto en su candor,
en su calma,
en su amor.