Me hallo de nuevo solo... sin amor, sin dinero;
el silencio quien pinta la hondura de mis penas,
y un latido salvaje recorre entre mis venas
voy esperando inútil a quien me odia, y yo quiero...
Sin ganas de vivir, sin salud y sin sueños
la soledad resuena en mi pecho, un velorio,
y el malestar de amor ya genuino y notorio;
árdeme el corazón cual fuego en beiges leños.
Sin dinero, sin suerte, sin amor... siempre a solas,
encerrado en la luz diáfana que se apaga
y la desilución que con nadie comparto...
Late cansado el pecho en las salvajes olas;
y la tarde cubierta en soledad aciaga,
y el corazón al borde de morir de un infarto.