El legado de Mamá
Más allá del tiempo vital
en la morada terrenal,
en la convivencia familiar,
sigo existiendo!
Estoy en ustedes, hijos míos!
El amor que dispensé,
y que recibí, abrió senderos,
pintó estrellas y esparció estelas,
que hoy vuelan en el mundo
y besan el éxito.
El legado no es mío,
es de todos,
su permanencia en el tiempo,
depende de lo que puedan infundir
en la familia y propagar en la sociedad.
Mantengamos vigente la epistemología
y la praxis de su contenido,
con testimonios y ejemplos.
Defendamos con ahínco y dedicación
sus logros y lineamientos.
El legado es el núcleo familiar,
de donde surge la luz que ilumina
a nuestros seres amados.
No es un bien material,
es una escala espiritual,
una obra cultural.
Trata del amor,
de los valores propagados,
de la rectitud demostrada,
de la solidaridad, de la educación,
del tiempo compartido,
de las circunstancias vividas
y los momentos vividos,
en los que con honor actúe.
Bordamos con hilos de amor
la dimensión de la familia,
su proyección y su pureza,
por eso en cada lugar
donde nos encontremos
florecerá una sonrisa,
una poesía, un canto,
una obra, una conciencia
y un aporte a la humanidad.