Necesito tus dedos enredados en mi pelo,
el que crece abundante y ávido de barbero,
necesito el calor de tus dedos traviesos,
recorriendo mi pecho tras un orgasmo cálido y placentero.
Necesito tu lengua que se esconde altanera,
para brindarse gustosa entre caricias y besos,
necesito ese roce a tus nalgas bien firmes,
que cual montañas se erigen en monumento al deseo.
Necesito tu sexo todo, grande, cálido, húmedo, gustoso y obsceno,
necesito tus pechos, mi pasión y locura, fuente inagotable de lujuria sin freno.
Te necesito toda, princesa en mis sueños, diableja en mi lecho,
para desdoblar Tu ser y volverme a Tu lado, caballero cuerdo o vikingo guerrero
y llegar bien unidos a alcanzar nuestro cielo.