En mis entretelas…
escribo dos nombres con las letras de la nieve;
cuando el rumor del aire es novicia,
cuando la noche es elocuente, llorando y llorando.
Son niños mis ojos… romances,
y mi boca, una letrilla que morena.
Os quiero como en melodía
el sabor del sol versa el gozo,
os amo con el espíritu blanco
a reciedumbre rechoncha.
¡Me ríe la rosa!...
¡me ríe rechinando la Osiria!...
¡y un azur cielo con margaritas!...
En mis entretelas… escribo mis dos tesoros;
que serán y serán como de mi carne y sangre,
como propio tejido de mi materia…
¡Los veo, los oigo con Dios!
¡Oh, mis dones! ¡Oh, mis agasajos!