Petronito

Café sin poesía

Y solíamos voltear en cada esquina esperando sorprendernos,

Pero en el giro el insomnio nos engaña, nos seduce y aprieta hasta asfixiar como culebra,

 

Y no dormimos por miedo a despertar porque los amaneceres ya no deslumbran sino que vislumbran,

Los rayos de luz ya no reflejan el baile mágico de los ojos, ni el cantar de los abrazos,

 

Y el camino que se traza a las montañas no es pegajoso de babas de amor, un minuto siendo diez mil o tal vez más sensaciones,

Ahora es solo una delgada línea inundada de un “nos” solitario de minutos que avanzan como si no lo hicieran,

 

Y rutinariamente nos arrastramos por un concepto posiblemente erróneo de vida,

Donde las banquitas ya no sienten el calor de las miradas ardientes, de los “ja como seria…”,

De los tantos besos que no se dieron por miedo a lo que sea, sin saber que los globos no conocen el cielo todos los días,

Y las tazas solo se pintan de un rojo de labios ajenos,

Y las mesas se ahogan en brazos suaves de pieles al margen de lo desconocido como la sonrisa marcada con pintura por el trastorno severo en las estiradas caras de la felonía.