Tengo que aceptar que te perdí,
que en un cúmulo de actuaciones,
te fui dejando, dejando poco a poco,
caiste lento, tan lento casi imperceptible.
En el momento que abrí los ojos
ya te habías marchado de mi lado,
dejaste mis sentimientos con asombros,
dejaste mi corazón helado.
Te miro y ya comienzo a respirarte,
pareciera que tu olor penetra cada órgano de mi cuerpo,
que te hundes en mi, que floreces en mi...
tanto que no puedo despegarte.
Tu sonrisa es la resaca de todos mis días,
tan resplandeciente y tan amarga...
eres el umbral de mis noches vacias.
Puedo amarte tanto sin que se me canse el corazón,
amarte tanto hasta que mi piel pierda color,
podría descansar mis labios en los tuyos
hasta que estos quedaran entumidos...
Lastima que tu beso, tu piel y tu mente
ya no quieran quedarse,
ya no me dejen amarte...
lastima que en un suspiro tu decidiste marcharte.