Que irónico lo nuestro, que difícil decirte adiós, hoy unimos nuestros cuerpos nuevamente para condenarlos al pecado, mis pezones fueron parte de tu pecho y tu sexo salvajemente se unió al mío.
Tus labios mordisqueandome y los míos correspondiéndote,mas aún me cuidaste de la manera mas noble, nuestras mentes se unieron junto a nuestro palpitar y fueron ellos quien llevaron a cabo aquel acto peculiar
Fui tu bella flor y admitiste que tú eres el fuego que me quema y me marchita. soy tu tesoro más Preciado y tu muerte más sentenciada.