Recuerdo aquella vieja casa
antigüa con el piso de piedras
hecho a tropezones, que brillaban
de tanto fregarlas
con agua y un estropajo de tela
las paredes enjalbegadas con tierra
amarilla traída de los tejares
que casi se caían de viejas
el techo de humilde cañizo y barro
con unas rotas tejas
una mesa camilla grande
y cuatro sillas de eneas
y una luz que solo se encedía de noche
las habitaciones sin puertas
con una sencilla cortina de tela
el portal, como le llamábamos
pequeño y con el piso de rocas
que había que esquivar para no caer
la puerta del portal era
de chapa de bidones con bisagras de cuerdas
claro había poco que robar
a no ser que se robara la miseria
la cocina estaba en el patio
pequeña y con la misma pintura
amarilla color de teja
un carburo alumbraba la triste escena
dos sillas bajas y un banquete de madera
una mesa rústica y un anafre de petróleo
una tía mía soltera y su madre
cuanto sufrió la pobre vieja
el corral era grande con las paredes
hechas de piedras, ya casi caídas
el suelo de pizarra y tierra
había unas pitéras y dos higueras
y para servicio, una estercoléra
cuatro gallinas encerradas
detrás de una alambrada
picoteándo la hierba
donde quiera que miraras
solo se respiraba pobreza
veinticinco años de sufrimiento
llevaba mi abuela a cuesta
con la enfermedad de los nervios
depresión y ansiedad manifiesta
y no había tratamiento en aquellos tiempos
mi tía le daba una pastilla de calmante vitaminado
desecha en una cuchara, hacía poco o nada
le hizo una úlcera en el estómago
el sufrimiento la anegaba
calle arriba, calle abajo, caminaba todo el día
con el ¡ Ay ! en la boca, en la cara las lágrimas
sembrando el dolor, la compasión de todos los que pasaban
vestida de negro, con su zurcido mandil,
el pelo blanco con trenzas de plata
arriba un cielo azul
y Un Dios que con ternura la miraba
yo jugaba en la calle con los chiquíllos
pero recuerdo estas escenas
que son estampas en el alma
por los viejos corralónes
venia suspirando el alba
mi pecho abierto al aire
los geráneos, las malvas
y las viejas tinajas de barro
que se llenaban de agua
vestidos antigüos y negras enaguas
jugaban al viento, en las tardes calladas
olor a picón del brasero, en las noches de invierno
en verano echaba tinta el sol de Julio
entre las tejas llenas de avisperos
se lavaba la ropa en la paneras
y al caer la tarde en la puerta de la calle
la cesta de la costura y el gazpacho en la cena
el corazón llora suavemente
con aquellos tristes recuerdos
ya se perdió el aroma de la infancia
y aquella casa que tenia empedrado el suelo
ha desaparecido para siempre
pero el recuerdo de mi querida abuela
ese siempre, mientras yo viva
siempre estará en mi mente
y en carne viva...Para siempre...
Hoy vamos a hilvanar
llagas abiertas en el corazón
recuerdos que crean dependencia
donde los minutos se pierden en el silencio
es corta la vida pero largo el afecto
tanto que aunque vivas cien años nunca se olvida
cojiéndo turno para visitar las soledades
llora la mirada en el pecho permanentemente
el amor no se muere, aunque a veces nos fatiga
es un libro siempre abierto. que mendiga
y me siento en la piedra de la esquina
esa que se ha hecho vieja con los años
mirando el viejo reloj de mi melancólia
allí se guardan las tristezas y las alegrías
de los recuerdos de niños
arde la sed en mis venas
rebelión de desasogádos sentimientos
ánsia de ser pájaro y volar
en esta tarde que se convierte en amargura
tiro mis sueños al viento
atardece en el alma la locura
baja el viento de la sierra, preñado de luces
un rosal en la puerta su aroma reluce
y no me gustan las casas cerradas
abiertas deben estar para el mendigo
llamando a la conciencia, de aquel que la tiene
si no la ha cerrado con llave
por la mañana pasa el cartero
¡ Hoy hay carta abuela !
de esos hijos que están lejos
¡Llama al niño para que la lea !
el niño está atareado con los juegos
¡ Ya voy abuela ! y se la leo
veo como se llenan sus ojos de lágrimas
gotas de rocío en el espejo
¡ Ven mañana para escribir a tus tíos !
yo no valoraba aquellos tiempos
que hoy ya se han perdido
solo quedan estelas en el pensamiento
y mi pobre abuela se fue, con su dolor por dentro
descansó de tanto padecer en esta vida
tiene profundo el sueño
pero Dios mira desde las alturas
y sonríe al ver un corazón tan bello
está deseando que despierte
para pagarle con creces todo su sufrimiento
¡ Mira la luz ! ¡ Ya amanece !
pronto abrazaré a mi abuela y juntos
estaremos en un Paraíso para Siempre...
Con todo mi cariño a mi abuela Corpus....