Esa noche luego del trabajo visitaba
el bar que frecuentaba
de cuando en vez
la idea de tomar un trago
y dejar ir el estrés
a este lugar me trajo
no sé si al llegar ella
ya hay se encontraba
pero por casualidad
me encontré en su mirada.
Le pregunté si bailaba
mientras me miraba
una sonrisa me dió
y su mano extendió
quizás distintas circunstancias
a esta estancia nos llevó
gracias a esta coincidencia
vivimos esta experiencia
bajo la misma instancia
ella y yo.
Pregunté cómo se llamaba
y si me acompañaba a mi mesa
el nombre que me dio es el que
un ada, le pondría a una princesa
hablamos de mi vida ella me
contó la suya
a minutos de conocernos
tal derroche de emociones
hacía que la química fluya.
Sin duda dirige nuestros pasos
eso que deseamos
y una fuerzas astral
ayuda con lo que soñamos
fue un fortunio casual
tal ventura
una aventura de placer que disfrutamos
charlamos, reímos nos miramos
de una grata satisfacción
con gusto a felicidad gozamos.
Lo que nos sucedió
en ese casual encuentro
se dió por la causa y efecto
de ese momento perfecto
sentía flotar al danzar
en ese club nocturno
como si un globo fuera.
Abrazado a su cuerpo
mis brazos rodeaban sus caderas
cómo el anillo a Saturno
mis pasos seguían sus pasos
mis besos a sus besos
mis ojos a su sensualidad
cuando el deseo del alma unió
nuestros labios
al ritmo de esa casualidad.