Confidente de los tímidos susurros de tu mirada,
al escampar escucho tu silencio errante en mis labios,
extraño aquellos senderos livianos donde caminaban mis besos,
te amo desesperado entre la espera del sueño consumado,
nací para abrir las cortinas de las extensas ilusiones,
que un día forjé con las fuerzas de amar que solías enseñarme.
Pereciendo lentamente al ausentar la mirada encantadora
de tus espejos que fueron estrellas en mis noches de insomnio,
llamaré despacio para que entiendas mi lenguaje,
hay extensas formas de amar,
enredadas palabras que interpretan misterio,
algunos secretos inmensos,
quisiste leerme, a veces en vano,
se perdía mi lenguaje como si persiguieras al viento.
Deshice miles de parajes cargados de inviernos
donde naufragamos entre desacuerdos,
siempre llegamos al mismo lugar;
amarnos como si nunca existiera el final,
sedientos pasos quieren beber tus huellas
y recorrer lugares que fueron el vicio de nuestra risa.
Mi soledad marchará como fugitiva huyendo de mi sombra,
aliado al recuerdo eterno que siempre quise entonar,
viajes y algunos lugares interminables
parecieron desiertos insaciables,
llegaste y atrajo la lluvia tu suspiro frágil y sediento de mi.