Tardes de sol eterno, gigante rojo
Que te dejas mirar sin dolor
Miro tu luz hermosa e inofensiva
Llenan tu cielo matices ardientes
Llegan tus tibios rayos
Llegan tus nostálgicas luces
Alegrando minutos de la tarde
Despidiendote entre sombras
Te vas silencioso, oculto
Sin ruido, lentamente muriendo
Te vas llevándote tu emoción
Llevándote la ilusión de verte
Así vamos de emoción y muerte
Mirando ingenuos el fuego ardiente
Muriendo con el en cada tarde
Soñando acariciarlo nuevamente
Ilusión de verte, de poseerte
De guardarte para mí en mi alma
Vienes hoy con tus minutos contados
Morimos juntos entre miradas eternas