Veo llorar a mucha de mi gente,
mujeres y niños pidiendo limosna,
hombres trabajar como cualquier cosa,
como esperando la muerte silenciosa.
Hombres de poca fé, niños desvalidos,
mujeres vendiendo sus almas, sus cuerpos,
para dar alimentos casi podridos;
niños viviendo con solo lo aprendido.
Miradas de pena, dolor y violencia;
estómagos completamente vacíos,
políticos con viles y falsas promesas,
llenándose de monedas sus bolsillos.
Así es mi patria en el total cruel olvido,
hermanos sufriendo engaños y pobrezas,
sobreviviendo al ritmo de sus torpezas,
siendo así mi País tan lindo y querido.
El pobre cada vez mas pobre, el pobre,
y el rico cada vez mas rico, el borrico,
sin dar una pisca de pan que le sobre;
y el pobre con el estomago mas chico.