Te escucho en el incomprensible
Silencio de la noche
Te veo entre sus sombras intangibles
Como un callado reproche
Del destino.
Para no caer en el delirio
De una mente extraviada,
Que me lleve hasta el martirio,
Imagino tu figura dibujada
En trazo fino
Un ayer no lejano fuiste mía,
Como regalo de Dios atesorada
Por mi amor todos los días,
Más una tarde dijiste adiós, cansada
De mi sino
Quiero olvidarte, pero es imposible
Te llevo en todo mi ser prendida
Como un grito in audible,
Como una dulce canción, desconocida,
Que adivino.