Por fin, tengo un tiempo largo para sentarme a escribir, lo que se me ocurra. Pero, es que he estado muy ocupado, trabajando, reescribiendo mi historia, cómo dicen por hay... llenando espacios.
De aquí la miro, haciendo sus cosas, ella, indetenible, moviéndose como una hormiga obrera. También, se que ella me ve diferente, mas complicado, sí, más viejo, con una barba llena de canas, con el pelo largo. Parezco un desconocido, comparado con los años 80. Pero, ella cambio primero... De simpática a bonita. De graciosa a divertida. De lista a brillante. De ser alguien a ser mi todo... La verdad no se como lo hiciste. Pero, con el tiempo, algo en tu risa comenzó a sonar diferente, tanto que empecé a amar tu mundo, tus historias, desde cada punto hasta cada ángulo. ¡Amo tú luz, amo tu sombra! ¡Abrazo tus virtudes y acepto tus defectos!
Hace más de 40 años me enamoré de ella, de sus labios llenos, con sus cachetes de pecas, su cabellera negra y sus pequeñas pestañas. A la verdad, siempre ha tenido algo irresistible... su forma de hablar, su corazón noble, su espíritu cristiano... ¿Que se yo? Su inteligencia, su ternura... su todo. Desde el marco de sus gafas hasta cuando se molesta conmigo. Yo la amo así, humana y no de plástico. A la verdad, no me molesta si parezco que presumo o exagero. ¡Para mi lo es y punto! La quiero tanto, que no podría dejar de admirar su presencia. La llevo tan dentro de mi, que no le confiaria su paz a cualquiera. Ella es mi ser.