Cuéntame bohemio tu mago destino.
Bríndame tu copa de ilusiones llena.
Quiero emborracharme de ajenjo y de vino
para refugiarme en esta Noche Buena…
Quiero en esta noche llena de alegría
Herir mis nostalgias a gritos y a voces,
y diluir mis penas en los rubios goces
con que sabe hacerlo la dulce ironía…
Quiero por ahora regar los rosales
de mis navidades, antes que perezcan,
con el agua fresca de mis madrigales:
Talvez reverdezcan… talvez reverdezcan…
Dime tus secretos, noche enardecida,
y dame un poquito de tu borrachera,
para alzar el vuelo con rumbo a la esfera
y hacerle una mueca y un fiero a la vida…
Qué buena es la noche para los que saben
beber en el cáliz de la dicha humana,
y decir: gocemos, los goces no acaben
porque nuestra vida comienza mañana…!
En la alcoba de los allegados
los vasos humeantes de amor están llenos.
¡Cómo ríen los niños al verse mimados
con los agasajos de sus padres buenos!
Connubio de rosas, celajes de auroras
Éxtasis de idilios, besos de ilusiones,
cómo vais en rondas surcando las horas
sobre los bajeles de las emociones…!
Mientras otros niños paladean salobres
en la fría buhardilla sus haces de pena,
porque son los hijos de los padres pobres,
para quienes nunca la noche fue buena…
Pobrecitos niños, yertos y afligidos,
al ver sus botitas llenas de piquetes,
porque el Viejo Noel no pone juguetes
a los zapatitos que están descocidos…
Vamos, que la noche a reír convida
con los cascabeles de su regio encanto;
antes que nos muestre sus puños la vida,
antes que se nublen los ojos de llanto…
Cuéntame bohemio tu mago destino.
Bríndame tu copa de ilusiones llena.
Quiero emborracharme de ajenjo y de vino
para refugiarme en esta Noche Buena…
Gabriel Villagómez V.