Quien diría que me harías tanta falta.
Me hice el fuerte al principio de mi pesar.
Trate de detener esa hemorragia emocional.
No deje fluir mi pesar, mi dolor, no deje fluir las lágrimas de amargo licor.
Quise olvidarte de un día para otro, mas inútil era.
Quise llenar ese vacío con una falsa pasión de corazones muertos.
Y el alcohol solo hacía más fuerte el dolor.
El tabaco no podía cumplir su función, matando algo que ya estaba muerto.
Quien diría que tu ausencia causaría tanto dolor.
Pienso en esas últimas palabras que te dije, y me pregunto si fueron suficientes.
Aunque contigo nada era suficiente.
No me queda mas que aceptar el porvenir.
Vivir el dolor que causa tu ausencia.
Y al final sanar.