Calixtheo

La tormenta

LA TORMENTA

Un escalofrío metálico relampaguea en el cielo. La membrana celeste crepita apocalíptica. Eolo presiona su cuerpo agrietado contra las ventanas, y coquetea con la hojarasca, al tiempo roncos bramidos vibran descontrolados, como fracturas vítreas que incendian el silencio.

Otro rayo flagela el horizonte, y cual un Prometeo liberado, prende una cañaheja.

El fuego, dios incombustible hecho de antimateria, besa solemne su nuevo predio. Algunos árboles arden, y cual enormes incensarios, humean glorificando a su nuevo señor.

….Todo es confusión en el nuevo orden.

Entonces, cae una gota, y después otra, y así billones más al mismo tiempo, como analgésicos besos sobre la castigada tierra, que se deja seducir por la sedativa caricia del aguacero. El balsámico fluido se regala discontinuo, mientras un trueno se esfuerza en mantener su percusión.

La catarsis natural completa su ciclo de autodestrucción y regeneración.

El cielo del verano parpadea agonizante, mientras un rumor lejano se desmaya afónico, y la tormenta, ya reseca, vomita un arco iris.