dejemos que el hombre crea que cada persona que le sonríe es su amigo...
dejemos que crea que cada hombre religioso que lo acompaña a la hora de orar es un Santo...
dejemos que recuerde cada día feliz bajo la sombra de su castillo...
dejemos que ame a su reina...
dejemos que todo esto siga...
...y admiremos como lo pierde todo.