Hoy parece que te viera nuevamente entre las hojas de mis libros,
Entre las letras que se mueven bamboleándose con tal ritmo danzante, te veo,
Y sé que eres tú la silueta que entre los versos se mueve y me encanta,
Me encanta que tú seas la musa, que tú seas la diva de mis letras
Si, la musa de mis pensares deshonrosos, la Calíope de mis poemas majestuosos,
Vuestra presencia inspira todo mi pensar y pareciese que viajase en armonía constante a otra páramo…
Divino instante de creación pura y fresca en la cual no se repara en gastos,
Nada es tan caro y nadie tan rico como para pagar un verso, como para avivar la llama del pensamiento,
Nada se compara al sentarme frente a las letras y los tiempos
y jugar a ser juglar y jugar a contigo danzar en un resplandor infinito que nunca volverá…
Que nunca se ha ido, que nunca acabará, que nunca será, que nunca pasará.