Mallez

Mujer

 

 

 

Mujer, debo advertir que con cuidado

he de conducirme, pues ex profeso

todo hombre que hallándose enamorado

sólo es un niño ingenuo, te confieso.

 

Y en su ser palpita con grandes golpes

un corazón de ilusiones eternas,

y aún con palabras un tanto torpes

en tus oídos han de sonar muy tiernas.

 

Es extraño, tal vez, a tu parecer.

Pero un hombre sumido en la locura

solamente puede serlo por amor.

 

Si en tus dones sapienciales de mujer

abrazarlo puedes con tu ternura,

junto a tu pecho ¿no estaría mejor?