Solo espero tú “te amo”, pero llegan marchitos y me pierdo entre centenos
Yo que fui el guardián de tus “te quiero”
Y hoy en el portal me quedo… pobre y triste escudero
Centenares de años petrificada silueta y un escudo
Protégete novelesco hidalgo,
Novilunio ante la sonoridad de tus “te quiero”
Y no vez que son caprichos, taciturno ser maltrecho
Malaventurado es el amor, maléfica es la concepción de sentir amor
Pero un “te amo” es el tesoro mejor resguardado
En mi guardilla lo escondo y en solitario lo contemplo
Como la joya más costosa de todos mis recuerdos.