Ser demasiado bueno por un lado es admirable,
digno de encomió, digno de admiración,
pero como todo, en exceso, puede ser poco saludable,
si no aceptas, que tus actos y la de los demás no hay correlación.
Ser excesivamente bueno,
en determinados ámbitos o entorno,
solo te puede traer alegría y reconocimiento,
pero en otros puede ser..venenoso o al menos peligroso.
Una persona demasiado buena,
corre el riesgo de que personas mezquinas,
utilicen su bondad, su inocencia, su bien pensar,
para utilizarle o infravalorar dicha cualidad.
Una persona demasiado buena,
no debe gastar excesos de energía,
debe a veces defenderse y sobre todo no vacilar,
en no confiar en exceso en su propia experiencia.
Una persona demasiado buena,
tiene que aprender a veces,
a ser solamente buena o correcta,
hasta que conozca o no se sorprenda de otra persona.