Tus ojos son míos
si al mirarte me miran,
y en el recuerdo que evocas
yo soy la causa por la que suspiras.
Si al verte el universo
gravita en tus pupilas,
y tus labios invitan al beso
cada vez que me miras.
Tus ojos, amada mía,
son el río en el que se atesta
tu alma en una melancolía
entretejida de alegrías y tristezas.
Dos mundos, dos tierras
en hóspito vuelo arrebolado
como aquellas aves que poseyeras
con tus párpados cerrados.
Tus ojos, tus ojos bellos,
¡Cuánto los amo!
Mírame, amada, como ellos
me miran cuando te llamo.
M