He vuelto, he retornado del tedio existencial
Mis alas se han bifurcado por dos nuevos caminos
Y la alondra que vive en mí quiere escapar de la noche
mientras contempla desde lejos, el cruel devenir espectral
Mis ojos se reflejan en las gotas que comienzan a caer
Desde un frondoso cielo, ennegrecido de tristeza
Mi rostro palidece, mi alma revienta y transmuta
La lluvia me seduce, me convierte en su esclavo carnal
Gotas, gotas caen y me hielan la sangre
Mi espalda metálica, se estremece al son del viento
En mi cabeza estallan mil pasiones
Lágrimas desatadas se convierten en cascada
Lamento de un sábado noctámbulo,
devorado por la lluvia silente
Tengo el corazón en bruto,
devorado por una serena melodía...