Como oruga de mariposa se ha incubado mi alma
Está envuelta en pálidas letras desordenadas
Mi alma reposa de la mano de Dios, todo es calma
Mis salvajes palabras; nunca han sido tocadas.
Ensordecedores, primerizos gritos de vida
Aún, ajenos a oídos humanos;
Jamás elogiados, por nadie condenados
Sin reminiscencias vividas;
Pero con esperanzas fervientes
Que chispean como cristalinas fuentes
Aguas puras; renovadoras de vida
Como bodegones de hermosas aguileñas;
Engalanan las almas con racimos candiles
Palabras humeantes; febriles de vida
Bordados con diversos perfumes escogidos
¡Perdonen mis cortos, pero tupidos versos!...
Pero mi alma aún está;
Como oruga Callada de mariposa...
Aun no colorida y muda.