Ya te extrañaba
pequeña mariposa
de primavera.
También de otoños,
incluso de veranos
y algún invierno.
Alzaste el vuelo,
un día, como tantos
y nos dejaste.
Ahora regresas,
te veo en la campiña
y en los poemas.
Siento tus alas
y veo como vuelan
con tus colores.
Luego descansas,
te posas en las flores
y me enamoras.
Cierro los ojos,
y sueño con los tuyos
siempre tan lindos.
Porque tu magia
reside en ese embrujo
tan especial.
Tienes ternura,,
amor y fantasía;
nos dejas paz.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/12/18