El hombre de la gabardina camina por las calles de Vall d´Uixó frustrado de no haber podido ir a Castellón. La humedad es tan fuerte que le cala bajo la piel de la gabardina. Avsa desprecia su tiempo, el valioso tiempo de sus clientes. ¿ qué hacer ahora? EL hombre de la gabardina siente la sacudida producida por el estrés. Debe ir a regar sus huertos y arreglar las barracas de guisantes, aunque está cercano el anochecer, es mejor dejarlo para mañana, opina que poco podrá hacer ante la ingente faena que hay que hacer allí. Un pensamiento que le llena de rabia y a la vez lo desmoraliza. todo por un puñado de acelgas y de guisantes. Quien se lo iba a decir, igual que su abuelo en la post guerra. En Vall d´Uixó los primeros años del siglo XXI existe el hambre y represión social, vecinal, económica. En el año 2018 unos guisantes y unas acelgas son fundamentales para mantener la dignidad y amor propio, cuando el resto de gente se une para odiarse y acosar al que no tiene nada o alza la voz contra la opresión. Ha llegado a tal punto la situación que las citas en los cuarteles de la guardia civil para denunciar a un vecino, una agresión , una pela, son de unas tres horas. El hombre de la gabardina también debe estudiar la asignatura de la que se ha matriculado de psicología, a cuyas tutorías no puede acudir por ser a las ocho de la tarde los martes en Villa Real, hora en que el último autobús de avsa sale de Castellón. Solo ha ojeado el libro y está a punto de ser la primera convocatoria de exámenes. Otra sacudida del estrés. Debe ir también a por leña. EL termómetro de dentro de casa no supera sin fuego por las noches los 14 grados, y en el trineo donde carga la leña, pese a los grandes logros con sus perros de cada viaje solo hay leña para tres días, y ya hace dos que no ha salido. LA situación es desmoralizadora, quizás con el taller de empleo se la abra una puerta. Aunque cree que el clima social va a ir a peor. Sigue pensando en esa tarde. Ahora el tiempo se le ha ido, como el autobús.
Cosa extraña en el hombre de la gabardina. se para junto el bar que hay frente la residencia del hogar del sagrado corazón de Jesús. Sin saber muy bien el motivo, siente ganas de entrar. Ahora comprende a la gente que lo hace. Han perdido su tiempo, ya no vale nada, pueden perderlo en paz. Su autobús hace mucho que se fue, y se quedaron allí, en el bar, atados como el burro a las puertas del baile de la famosa canción de Manolo García. Quizás lo maten como a Lorca los de VOX por lo del burro y ser Catalán.
EL hombre de la gabardina entra. La puerta clásica de madera se abre. Tras subir tres peldaños se ve una amplio salón con varias mesas limpias y butacones para sentarse. las caras de la gente son como las del burro a la puerta del baile, atados a las mesas y sentados. Es la gente de siempre, la de todos los tiempos, la del abatimiento, la tristeza, el desamor y el odio de saberse perdidos.
Un hombre que toma cerveza le dice otro.
Oye Francisco ¿ cuánto llevas en el paro?
Francisco tomando un sorbo de cerveza le responde con un pequeño hipo.
Con este año que termina empiezo el noveno . ¿ Y tú?
El otro le responde.
Te gano.
Ambos callan , miran la tele donde una chica preciosa anuncia un yogur para mantener la línea, y luego noticias sobre Cataluña y VOX.
EL hombre de la gabardina escucha una conversación iniciada por dos caballeros mientras pide un café.
La culpa del paro es de los sindicatos.
SU compadre, un hombre de unos cuarenta años lo confirma.
Yo soy afiliado de comisiones obreras desde hace 20 años. Y nos han vendido en stilsaf los sindicatos. La fábrica la han cerrado y yo estoy de nuevo en el paro. Los sindicatos y los partidos de izquierda son un retroceso.
Claro hombre- le comenta sonriendo el otro, que hace un gesto con la mano eufórico- pero ahora la derecha los va a quitar , o por lo menos meter en cintura. Nada de subvenciones, l las ayudas para el empresario , y verás como se crea empleo y de calidad.
Eso, y expulsando a los inmigrantes, que han hecho tanto daño como los sindicatos a este país- añade Francisco nostálgico de tiempos donde la iba mejor.
A los que sobren del país, que son los que no trabajan, ni quieren trabajar, y viven de la paga de los servicios sociales, se los devolvemos al rey Hassan en patera para que los ponga a hacer carreteras en el Sahara.- su compadre se emociona exclamando en voz alta para que le oigan- en España si no fuera por los sindicatos, las feministas, y los inmigrantes, sería el país donde mejor se viviría. Habría faena para todos, y para cada español una mujer. EN la vida no se puede pedir más que trabajo, mujer y patria.
Así se habla Fermín- le dice su amigo Francisco mirando a todo el mundo por si alguien salta. Nadie dice nada.
Una voz femenina se escucha a la espalda del hombre de la gabardina que está deprimido como el resto.
Un te de cerezas.
Al hombre de la gabardina le suena esa voz. Se gira y ve a la mujer de espalda saliendo a la terraza. Va hacia ella.
María..María. .. le dice
La chica de detiene sobrecogida. Volviéndose lentamente.
Pero…Ángel, que casualidad.
Si- le dice Ángel ,el hombre de la gabardina- ¿ qué haces por aquí?
Tengo a mi abuelo en la residencia y hemos venido a verlo.
¿ En ese antro lo habéis metido? Le pregunta el hombre de la gabardina extrañado.
No, no, la sagrada familia es una gran residencia. Entro sin poder andar y ya anda- le comenta ella. En la que estaba antes lo dejaron cojo-
Ángel exclama extrañado
¿ de verdad no es moridero la Sagrada familia? Con ese nombre que tiene la residencia es para ahorcase. Casi una broma a la gente que los abandonan…
Te equivocas Ángel- le dice ella riendo antes de que siga y acabe diciendo algún disparate que puede herirle la sensibilidad, y le pregunta como está.
Bien- responde ángel tímido- He perdido el autobús y no sabía que hacer, por eso me he metido en el bar a pedir un café, no creas que soy como esta gente.
Ya lo sé Ángel- le dice María con ternura, sabiendo que le preocupa la mala imagen que pueda darle estando en un bar.
Están en la puerta los dos. Ángel escucha que llaman a María desde la mesa, es su madre y sus abuelos.
Ahora voy Mama- le dice- me he encontrado un amigo de Castellón- Ellos se conocen de Castellón, aunque él viva en Vall d´Uixó y ella en Onda.
¿ Y José sigue trabajando? Le pregunta él.
Está en la naranja, y luego irá a la poda. Ahora hace la campaña larga, cuando termina una cosa, sigue podando y luego quemando. EL año pasado estuvo hasta agosto.
Menos mal- le comenta Ángel.
Nos va bien Ángel- le dice María a la que no paran de llamar.
Feliz año si no nos vemos- se despide Ángel, ambos se abrazan. EL hombre de la gabardina paga y se va.
Por las calles la gente anda como fantasmas, borrados de la vida. Si se cruza con alguna mirada, nota el brillo del odio. Aún quedan en los balcones colgando la última campaña franquista para salvar la cruz. Varios falangistas de centro moderado del PP y de ciudadanos se cruzan con el hombre de la gabardina. Le sonríen de forma amenazante. Su sonrisa le refuerza la creencia de que está en tierra hostil. Se repite una y otra vez en la historia. Nada cambia. Llega a su casa, San Antonio. Por el camino sus vecinos de los últimos 18 años de vida pasan con sus coches sin saludarle. La gente de allí revienta de odio. Ángel el hombre de la gabardina, al entrar a su casa tiembla de frío. Siente la humedad en la nariz que gotea. Enciende el fuego y recoge a los perros que están en el corral. Los sube. Enciende la radio. Cadena Ser retransmite un mensaje del presidente de España, Pedro Sánchez, anuncia para tranquilizar que España Crece más que Francia ( no explica que Marruecos o Senegal crecen más que España, Alemania , Francia y Estados Unidos, y no significa nada, Marruecos está comido por las moscas) advierte en su mensaje que no permitirá que la extrema derecha maltrate a las mujeres o les quite su libertad ( no dice nada de los inmigrantes, que también son víctimas)
Entre los anuncios llenos de optimismo y logros el hombre de la gabardina apaga la radio Vaya mierda de noticias, cada día son peor. Decide dar una breve vuelta con los perros. El trineo está apoyado en la pared, pero no lo gasta, solo las correas, irán a pie hasta la ermita de San Antonio. Al volver pasan junto la casa de la chatarrera que se encuentra al borde del camino. Solo de pasar por allí se le ponen al hombre de la gabardina los pelos de punta. Personaje esperpéntico y fatuo, miserable no solo por pobre. Ejerce en un casetucho el chantaje al que se cruza con ella. Su oficio es dejarse morder por perros, que le muelan a palos, el adiestramiento de perros falderos que lanza contra perros más fuertes… y luego a juicio. Con los beneficios va tirando. Con el hombre de la gabardina, desde que sabe que está contratado por el Ayuntamiento ya ha tenido tres discusiones. En la anterior incluso le prohibió caminar libremente por ese camino. Su fama de loca entre la vecindad no está reñida con el cálculo frío de la provocación. Así mata dos pájaros de un tiro, da rienda suelta a su locura y se lleva un buen puñado de euros. Es como la que es puta por placer, y de paso algo que se saca de su afición. ¿ cuántas veces ha mandado a juicio a vecinos de San Antonio? A unos cuantos les ha sacado los cuartos y se han visto en manos de la justicia y fichados.
A la altura de su casa anda desprevenido entre los muros de la casa de un vecino y la chatarrera el hombre de la gabardina, llevando sus tres perros. Escucha como la puerta principal de la chatarrera se abre y le dice a su perrito:
Venga snupy a torear.
Snupy, un perro faldero sale del chiquero de la chatarrera con sus dos dientes caninos por fuera y su forma lanuda de felpudo que hasta los ojos le cubren. Lo hace lanzado y ladrando como un loco, de tantas locuras que habrá visto de su dueña, Va hacia los husky que lo detectan y observan como snupy en plan agresivo llega a ellos, y no era tan loco el plan de ataque porque en verdad de eso dependía el rancho de casa.
El hombre de la gabardina tira de sus perros hacia él y desciende con los perros mirando a snupy que se lanza sobre uno, pero de un tirón a la cadena el husky retrocede, y el pingajo de perro que hubiera muerto en la boca de un husky, se salva.
Van huyendo cuesta abajo, cuando snupy creyendo haber vencido se detiene y mea, mientras los huskys están furiosos por el insulto, como el hombre de la gabardina que espera a la dueña mientras los perros se miran. AL cabo de cinco minutos escucha como sale cojeando y ranqueando la chatarrera que llama a su perro:
snupy ven con mama.
EL hombre de la gabardina le dice al verla:
Luego te quejas de mis perros, pero el tuyo es el peligroso. Lo ves. Se ha tirado a mis perros. Ahora que dices.
La chatarrera, una mujer menuda, gorda, a la que le faltan varios dientes, con aspecto de monstruo flatulento empieza a hacer aspavientos con sus perrito frotándose entre sus piernas:
Mi perro, mi perro, los tuyos, los tuyos que son peligrosos, sin vergüenza que llamo a la guardia civil. Te voy a denunciar hijo de puta, hijo puta.
Se encienden luces de vecinos.
EL hombre de la gabardina siente las miradas de odio de sus vecinos, y a la vez siente perdido sin saber que puede decir para salir de allí antes de que se complique , no se le ocurre otra cosa que decirle:
Estás loca.
La chatarrera con cara de perturbada, escupiendo saliva , nerviosa, con unos ojos fijos, de lunática dirigidas hacia él, sin pestañear , se enfrenta al hombre de la gabardina que se intimida ante una mirada que produce espanto por la locura que hay en ella que no para de chillar, ahora con snupy en sus brazos.
Tú si que estás loco, y tus perros, te voy a denunciar. Y cuando te vea por la calle te voy a chafar con el coche a ti y a tus perros
Ángel desciende a su casa y llama a al guardia civil que acude al cabo de cinco minutos. Sale a la calle a recibirlos.
Un agente educado, monotóno, hace el ritual habitual del saludo y la pregunta de rigor
Buenas tardes caballero. ¿Nos ha llamado usted?
SI agentes, les he llamado para denunciar un delito de amenazas, y por haberme tirado un perro una vecina para que los míos le muerdan. Es la chatarrera. Vive arriba. ¿ No sé si la conocen?
!Ah bueno! Comenta un guardia civil con gesto- hace usted bien en denunciar, algo sabemos de ella, pero nadie denuncia.
Una vez termina de declarar junto al coche el hombre de la gabardina se mete en casa. Mira le libro de psicología. Siente el frío. El año se acaba dicen en la radio que ha encendido. ¿ y qué? Se pregunta mientas se quita la gabardina y se mete bajo las mantas y entre los huskys.
Fin.
Dejamos está historia aquí, aparcada, pero no ha terminado, aunque de momento espero no tener que seguir publicando cosas de este tipo ya más, pero es un deseo. Esto va a seguir, lo sé. De momento está mediando la policía local, no sé si confiar o no, pero en fin , quiero dar una oportunidad, ya que por lo menos me atendieron esta vez de forma correcta. Servicios sociales están informados, aunque tampoco se si confiar, más bien no, se quedara todo en que le den un paga, en vez de trabajar con esta mujer para que se inserte y deje de estar metida en un círculo vicioso de juicios, amenazas, pelas, escándalos y ser una amenaza social, al igual que el resto de miserables y desdichados. El progresismo y su inacción habitual para que se pudra todo, nos llevará de deducir que la solución total y definitiva es muy sencilla y nos permitiría alcanzar un estado de humanidad superior.
Angelillo de Uixó.