Horas mudas.
Silencios sordos.
La blanca espuma helada y sedienta
Del océano del Pasado
besa mis pies…
Cómo decir que la mar,
Cenicienta e impiadosa,
De oleajes eternos,
Me pertenece…
Y que los blancos
augurios de la amarilla
Luna,
Me esquivan…
No son Santas Fiestas,
Son hondos agujeros de Ausencias
Irreversibles…
No puedo más…
El almanaque se ha anclado
En el oscuro Pasado,
Tiemblo en la Oscuridad
De cada amanecer y Ocaso…
Esperando sin esperanza,
El Ayer…