Deshonesto, mentiroso y otras malas cosas me solían describir.
Un letargo agudo, acompañado de fastidio con decidía al caminar.
Y ahí estaban mis ángeles empujándome, encaminado mis pasos para encontrarte.
Ese momento en que te vi, recobre mi valor. Fue amor, tu inocente amor.
Creí que dependería de ti, pero fue sólo amor. Tu honesto e increíble amor.
Abandoné el egoísmo, para así, entre las cenizas de nuevo resurgir.
La insensibilidad me tenía prisionero, encadenado con grilletes de inseguridad.
El frío aislamiento me hizo vulnerable a la inestabilidad.
Pero ahí estabas, junto a mis ángeles, ayudándome para cumplir con mi misión.
Entonces la humildad volvió a mí, provocado por tu amor, dulce amor.
Te estaré agradecido hasta el fin. Me ha rescatado tu amor, sensible amor.
¡Detuviste mi caída! Apareciste para mí, junto a mis ángeles, para que pudiera continuar.