Con la ilusión cada día,
con la vivencia presente,
con la esperanza por vida
y la siempre gratitud
por este tiempo prestado,
hallamos la felicidad
en un mundo,
muchas veces,
infeliz.
Algunos no se percatan,
y es que falta perspectiva,
un punto de situación,
recuperar la razón
y aclarar nuestra existencia.
Mirar la naturaleza,
observar alrededor,
aprender de la experiencia
del paso de tantas gentes
antes del paso del yo.
Mucho,
quizá todo ya esté escrito.
Solo debemos leer,
leer con tranquilidad.
Y siempre,
procurar aprovechar
lo que la vida nos presta,
lo que nuestros padres dejan
de enseñanzas al vivir,
pues el camino termina
y el andar pronto se acaba,
y al final de nuestro estar
siempre nos arrepentimos de
no haber valorar sabido
del paseo lo importante.