Amo los pequeños detalles, la sonrisa franca, la palabra sincera; el silencio elocuente, la caricia suave, la mirada profunda y la presencia ausente.
Agradezco cada día, cada respiro, cada momento.
Sueño, añoro, amo, olvido, vivo.
En ocasiones me lamento, caigo y me levanto, dejando de lado rencor y remordimiento.
Confío y dejo fluir lo que en lo profundo de mi ser siento.