El bosque me llama con sus mil voces, la brisa pasea los susurros en lengua antigua, esperando encontrar oídos donde acunar,
Un llamado único que ahoga mi alma, envolviendo mi ser en su música majestuosa, dando compañía a la soledad que me acompaña,
El escarlata del sol que se asoma, atraviesa el denso cielo de hojas, iluminando el viejo sendero donde mis descalzos pies caminan,
Un simple hombre con errores a su espalda, sosteniendo su gran peso sobre un báculo de ámbar, le comparte sus memorias al bosque.