Y, en este réquiem que, al atril irreposable
el postrado amante ora, ¡ay, dolor!
aquel llámale Gloria a cruel destino,
a lo infinito, a su beso en esclerosis,
¡ay, escombros! el rencor proclama triunfal,
al infeliz demonio. Las prendas de papel
no protegen al silencio de aquel, ¡Monstruo,
fratricida imperturbable del amor!
Ya no ancles sus grafías negras,
sus esquirlas a su alma,
Voraz homicida, ¡mira! Sus cartas frías lloran…
Allí, donde los suspiros son sepulcro,
en los lechos de oropel tendida
su infortunio en cielos grises,
emerge de las espinas, sangra a escondidas,
y cae en los ensueños, en recelos.
¡ah! Samaritana sin estrellas, mudaste tu niñez,
desnuda y de pie, ¡Ay, dama! ¡dama del rosal nocturno!
Tus besos son testigos
de tu piel en agonía,
de tu melancolía en la pared,
de tu corazón arañado,
de tu beso atribulado,
de tu llanto enmudecido…
sea este réquiem a la dulce de la noche,
¡Si el pintor no forjó tus alas, pintalas!
escalad del precipicio, Gloria, ¡trepa!
Olvidad al brazo inquisidor que mancó tu honra,
escapad reina agónica, de tu labio aprisionado.
No seas ceniza que a la mar se pierda.
Magdalena, Cleopatra o Cicciolina, ¡NADA!
Te abrasare un soñador despierto,
retama del desierto,
os doy de mi vino su delirio…
¡Oh! Sinfonías de ángel se oyen. Al final, tu almohada se pregunte:
\"Gloria… ¿eres libre…libre, amor, mariposilla desgraciada…?\"
2018
Autor: Santos Castro Checa
Ciudad: Mallares- Perú
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