Dios nacido de la nada
Te busqué en las alturas del espacio
A la velocidad de la luz, desde el vacio
En salto cuántico, llegaste a mi vida agitada.
Noche tras noche, imploré tu presencia
En este planeta, relámpago centelleante,
Te llevó a los brazos del magma candente
Violentas fuerzas de la naturaleza,
Temperaturas extremas, presión destructora
Transmutación la tuya, en la profundidad eterna;
Con paciencia, en soledad, padeciste honda pena,
Silencio, dolor, estoico, emoción abrumadora
Milenio a milenio, lentitud lacerante
Del átomo a la molécula, titánicos enlaces
Cambios tras cambios, resistencia sin límites
Metamorfosis asombrosa, te hiciste Diamante
Otrora oscuridad, mágica luz ahora
Pavorosa oquedad a plenitud radiante,
Vienes de tiempos remotos, divinidad omnipotente
Hoy muestras tu rostro, me enamoras
En mis manos eres, estrella que adorna el anillo,
Sensualidad apoteósica que a mi pecho acaricia
Susurrante en mi oído, sublime experiencia,
En diadema galáctica, inextricablemente unidos.