En el impreciso sueño, deambulaba errante mi desgastado amor
refugiándose, a veces, en andrajosas tinajas.
Mis ansias heridas fabricaron espejismos
y percibí tu silueta lejana, aplacada en el exhausto viento
la percepción de tu austera voz era una esfera orbitando
en una elipse temporal.
La ausencia de promesas pernoctaban azarosas
potenciando retazos de angustia,
no cesaba, inclemente, la sensación de vacío.
Es que así trajina la frustración, asilo inexistente
aire desgarrado, pasiones mutiladas
cansancio atemporal, melancolía incesante.
Despiertame, sostenme en la caída
sabré reorientarme en la brújula del silencio.