Es difícil admitir en la penumbra de la noche, que el ocaso ha ganado... Le ha ganado a todo lo efímero e inverosímil del día... Incluso le ha ganado al sentimiento mismo que deja la humedad de tu mirada, el sabor de tus caricias, el calor de tus besos, la emoción de tus abrazos, el aroma de tu presencia... Pero, aún así... Solo ha ganado un pequeño espacio, no la batalla o la guerra dentro de éste corazón lleno de tí..
Solo ganó eso... No ha podido vencer el recuerdo del olor de tu cabello mojado... Tan fresco y encantador... Y a la vez vehículo para transportarse por las vías rápidas de los sueños...
Ganar... Solo gana quien sueña, solo gana quien desea, solo gana quien ama... Y quien ama así como sueña y desea, gana! Gana un corazón, un sentimiento, real... Gana el Cielo mismo!