Cuanta triste soledad hay
En quien huye de la hermosa soledad.
No digo tonterías,
La primera soledad
Y la segunda que menciono
No son las mismas,
Me explico:
La primera es un cuarto sin puertas,
Con cosas o sin cosas,
Compartido con otras vidas o no,
Pero siempre vacío;
Es un corazón que sólo late
Para contar el tiempo que queda,
Y siempre es menos, dada la lógica del mundo;
Son unos ojos que lo ven todo
Pero en nada algo encuentran,
Unas manos abiertas esperando les den
Lo que no saben que ya es suyo.
La segunda sabe bien que los muros no existen,
Que el universo eres tú, aquella, ellos, nosotros,
Siempre nosotros,
Porque en esta soledad nunca se está solo,
En esta soledad se cierran los ojos confiando,
Sabiendo que el corazón nos conecta
Con todo lo que habrá de encontrarnos,
Y nos encuentra;
Se estiran las manos, siempre llenas,
Para que todos tomen lo que es justo para ellos
(¿ellos? ¡nosotros!, ¿lo recuerdas?),
Y sin embargo, nunca dejas de estar solo,
Porque nadie va contigo en el viaje
En que en esta hermosa soledad
Te encuentras.
JCEM