Señora, no encuentro palabras que decirle.
Su fragancia al pasar, es recuerdo del ayer, con pureza de azahar.
La sensación del besar de sus labios,
la caricia de la sonrisa, sentir el tacto de su piel, como suave y fresca brisa,
recuerdos que aturden al silencio al verla pasar.
Señora, no se que decir al cruzar las miradas,
el sol de sus ojos me habla con su boca callada,
mi corazón en llamas, suspira, no se como calmar.
Señora, como decirle, que dejó huella en mi ayer,
su rostro lo llevo grabado en la piel,
usted, es mi dulce amor de adolescencia,
adolescencia que nos partió la vida, con el reloj de la inocencia.
Señora, al cruzarnos al pasar, no se que decir,
tal vez, ¿hola, cómo está?
tal vez preguntar, ¿está casada,
cuantos hijos tiene?
¿O tal vez?
¡Ana, te sigo amando!,
O solo mirarnos y seguir caminando.